En los últimos años, muchas personas se han mudado de las transitadas oficinas para realizar su trabajo desde casa por internet y poder mantenerse a flote en el mercado laboral ante estos tiempos de crisis. Sin embargo, esta transición no resulta tan sencilla para todos.
El modo en que nos comunicamos, entretenemos y aprendemos está cambiando rápidamente, y, por su lado, el teletrabajo se abre paso para que podamos trabajar, ganar y gastar a distancia con el uso de un computadores, Internet, celulares (Blackberrys, etc.), teléfono y cámaras digitales, entre otros artefactos tecnológicos. Pero esto no solo depende de recrear el lugar de trabajo, el teletrabajador debe ocuparse de su imagen profesional, las oportunidades de networking, entrenamiento y motivación diaria, de lo contrario, estos pueden perder la oportunidad de crecer.
A pesar del aparente ahorro de costes que el trabajador proporciona cuando ejecuta sus actividades fuera de la empresa, trabajar desde casa por internet puede tener como resultado fallos de comunicación y poner en riesgo la productividad a largo plazo. Ante la ausencia de una oficina física, suele ser difícil para algunos profesionales encontrar el equilibrio entre trabajo y ocio. Pero para las personas de mentalidad independiente es más productivo trabajar en casa que en la oficina, porque eso las libera de distracciones y permite que trabajen de la manera que consideren mejor.
Lo que precisa un teletrabajador es un espacio en casa exclusivo para el trabajo, no una cafetería cualquiera llena de distracciones. “La persona que decide trabajar desde casa por internet cree que necesita simplemente una mesa y un teléfono. Lo que ese profesional precisa, en realidad, es una nueva forma de entender su vida profesional”, subraya Monica McGrath, consultora de liderazgo y profesora adjunta de administración de Wharton.
Otro punto a tomar en cuenta es que, para quien trabaja solo, las cuestiones financieras suscitan también serias cuestiones en cuanto a objetivos y significado, que salen a relucir más fácilmente entre profesionales que no tienen una empresa detrás de ellos. Por ello, el trabajo a distancia está íntimamente conectado al ego debido a que se trata de una actividad solitaria, no hay nadie al lado de ellos para elogiar su desempeño, aunque los beneficios estén disminuyendo.
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