La competencia laboral y la posibilidad de encontrar una opción realmente redituable es más limitada, de ahí que el mercado laboral pone a flote un modelo de desarrollo profesional, con una interesante aceptación -aún para los que ya tienen un empleo-, se trata del trabajador independiente.
¿Cuántas veces no has escuchado la frase? "Haré un trabajo freelance o trabajo desde casa y en mi tiempo disponible". Sea que lo tomes como una segunda fuente de dinero o en forma fija (en lo que surge otra oportunidad laboral), este esquema implica ciertas características, que debes considerar para crear ofertas de valor y que se ‘coticen' tus servicios, explican expertos.
Las caras de la moneda
Generalmente, hacer un trabajo freelance se asocia con un profesionista que tiene, en cierta medida, disponibilidad para administrar mejor su tiempo y trabajar en más de un proyecto.
"A muchas compañías les resulta cómodo contratar bajo esta modalidad, porque no las obliga a otorgar prestaciones o a gastar en infraestructura para que los empleados realicen su trabajo".
Un aspecto importante en esta modalidad es la experiencia. Hay que tener una carpeta con trabajos que avalen tus capacidades y la calidad de las propuestas, así contarás con más herramientas para vender un proyecto.
"Para vender tu trabajo y tener un buen ingreso necesitas un background que te respalde; y esta experiencia no se limita al ámbito de tu especialidad, también hay que conocer el trajín administrativo en que cada organización se maneja".
Quienes decidan tener un trabajo freelance, en forma fija o como segundo ingreso, deben ser tolerantes, observadores y creativos, pues no se trata de vender un simple servicio, sino de responder a una necesidad o, más específico, ofrecer un proyecto con valor agregado.
A su vez, un freelance puede trabajar "hasta más horas", porque siempre busca nuevas propuestas que le representen un ingreso económico y la posibilidad de ampliar su experiencia.
Por ello, algunas cualidades importantes en quien decide operar bajo este modelo, son: paciencia, disposición, actitud de servicio, aprender a aceptar errores, tener conocimiento pleno de los clientes y ser muy disciplinado.
La aventura de tener un trabajo desde casa es ‘dura', pues se tiene que competir agresivamente sin peder la cordialidad.
Por ejemplo, si un empleador te pide que le organices un proyecto y de repente lo cancela, debes hacerle ver que tu tiempo e ingenio tiene un precio, sin embargo la manera en que se lo indiques debe ser cordial, pues no sabes qué tipo de contacto puede representarte en un futuro.
Manos a tu obra
La mentalidad de la persona que realiza un trabajo desde casa se enfoca en ofrecer un servicio diferenciado. Para cumplir ese objetivo debes descubrir y dar a conocer tu marca propia, con ello tus proyectos serán mejor valorados. He aquí el concepto aplicado Personal Branding (marca propia), que ha sido utilizado por varios gurús como Tom Peters, Gary Hamel y Peter Drucker.
1. Distingue tu oferta
Para que tu trabajo freelance prospere es fundamental que sepas desde el principio lo que vas a ofrecer, a quién y cómo. Piensa en tu sello distintivo, por ejemplo: ser un experto en sacar adelante ‘bomberazos', en generar propuestas y materiales de un día para otro porque tienes los contactos, o que manejas información de primer nivel porque tienes mucho tiempo desenvolviéndote en un mismo ámbito. Cada quien tiene un sello particular, piensa en el tuyo.
2. Agenda en mano.
La habilidad de respuesta, es decir la velocidad con que atiendes los requerimientos de tu cliente, es lo que marca la diferencia en un trabajo de freelance y uno de los grandes valores a cuidar para recibir otros proyectos. Esto significa que debes tener muy claro si cuentas con la capacidad y tiempo para cumplir con esa característica.
3. Disciplina.
Puedes caer en la tentación de no organizarte (sobre todo si ya tienes un primer ingreso de fijo). Es vital desarrollar una estrategia de trabajo y cumplirla. Decide cuántas horas invertirás en este trabajo freelance, de cuánto tiempo dispones para ir a cobrarlo (hacer trámites administrativos) y para buscar nuevas ofertas.
4. Analiza tu mercado
Ofrecer proyectos "sin ton ni son" puede representarte pérdidas. Define quiénes son tus clientes potenciales y por qué. Averigua qué experiencia han tenido algunas otras personas que trabajen para ellos. Sé claro en investigar su dinámica de operaciones; forma de pago; la metodología para solicitarte un proyecto o cambios en el mismo; los tiempos de entrega; analiza si debes pasar antes una prueba, ente otros datos que consideres de interés para ingresar una oportunidad en esa organización.
5. Competencia
Para distinguirte además de dominar tu propio trabajo debes conocer el de otros. Observa cómo se mueven los demás freelancer en su campo de trabajo y haz una lista de las cualidades que esas personas reúnen, y por las cuales han sido requeridos por las empresas.
6. Finanzas en orden
La mayoría de los profesionistas independientes cobran con recibos de honorarios o por derechos de autor, esto implica regularizar tu actividad en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Parece insignificante pero es fundamental que destines un espacio a esta actividad, en especial a los futuros trámites que debas realizar.
7. Capacitación
Incorporar nuevos conocimientos te permite generar mejores propuestas. Los expertos recomiendan dedicar como mínimo 10% de tu tiempo a la investigación y a la capacitación. Piensa cómo podrías cumplir con esta característica, bajo el esquema laboral que tengas actualmente. Diversificar tus proyectos, permitirá que te identifiquen como un profesional que aporta ideas y soluciones innovadoras.
8. Calidad no cantidad
Cuando una persona hace trabajo freelance, regularmente cree que lo mejor es tomar unos, dos y cientos de proyectos para generar grandes ingresos, el riesgo es que con tanta entrega pendiente pierdas calidad.
8. Tiende tu red
Para un trabajador independiente su mejor herramienta es el Networking (red de contactos); debes trabajar en ella, desde crear tu agenda hasta fomentar el vínculo con cada uno de los contactos. Esfuérzate por llevar a tu negocio cambios que no te generen un gran desembolso, como enviar correos electrónicos para darle seguimiento a tus entregas, hacer nuevas propuestas y agradecer a las fuentes que te ayudaron en esta labor.
9. Cuentas claras, amistades largas. Las prácticas de fidelización, es decir, trabajar en forma continua con una empresa, en esta modalidad, deben aplicarse según un principio básico "mide que tan rentable es cada cliente, clasifícalos de acuerdo a quien repunta tus ganancias o quién te aportaría más si ofrecieras un detalle adicional.
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