Es necesario perfeccionar nuestra apariencia cuando quieres cambiar de empleo, conseguir un trabajo o lograr crecer profesionalmente dentro de la empresa en la que trabajas, ya que vivimos en una sociedad visual, en la cual la televisión, Internet y las nuevas tecnológicas dictan las reglas.
Si bien es cierto que es importante la experiencia laboral o la institución donde estudiaste y los títulos que tengas entre ellos maestrías, cursos, diplomados entre otros, eso no lo es todo, también es vital la imagen que proyectamos delante de los demás y que de hecho debe impresionar.
Tanto la documentación que presentemos y la imagen a la hora de la respectiva entrevista personal son dos aspectos vitales. Es un tema que para muchos no merece de gran importancia, no se dan cuenta que hay ocasiones en las que para el entrevistador es más importante la imagen que las palabras del postulante. Por ello, debe ser un aspecto en el que se debe trabajar desde antes de la entrevista. El porte, la vestimenta y el habla son los elementos que nos permiten interactuar con la otra persona. La imagen personal es un indicador de la actitud, el entusiasmo, la predisposición y personalidad que la persona tiene en el trabajo.
No se trata de usar la vestimenta más costosa o tener el peinado más extravagante, va más allá del dinero y la posición social. Es presentarse de acuerdo a la ocasión, de tal forma que sea una presentación discreta (con traje formal) pero efectiva. No es buscar ser el centro de atención, sino que ese interés principalmente se debe generar a la hora que nos presentamos al trabajo o se realiza la entrevista.
La imagen personal ya no es una simple opción, es un elemento decisivo si queremos conseguir un empleo. Para ello, primero se debe evaluar las ofertas laborales y decidir en qué tipo de empresa deseamos trabajar. De acuerdo a eso ya se realiza la documentación respectiva y se trabaja en los otros requisitos. En esa documentación – aunque usted no lo crea- también interviene la imagen personal.
El Currículum Vitae debe contener la presentación y el perfil del postulante. A través de esta información se da a conocer cuáles son las habilidades de la persona, así como también los objetivos que desea lograr siendo parte de la empresa. Estos aspectos son importantes para la persona encargada de la selección de personal, a pesar que no conoce directamente al postulante, se va forjando una imagen de él.
Luego de esa etapa, el candidato tiene que prepararse para utilizar el tono de voz adecuado, escoger la vestimenta para el día de la entrevista, definir cuáles serán sus primeras palabras, etc. Son diversos detalles en los que lógicamente se debe trabajar, conseguir un trabajo no sólo se remite a que el Currículum casi sea un libro, sino que también es importante la información que transmita el mismo postulante.
Es por ello que a la hora de esa búsqueda se debe dejar la inseguridad y el temor a un lado. Es muy importante que la tranquilidad esté presente, ya que así se crea un mejor clima de confianza y en ese momento es vital la sencillez. No debes creerte la mejor persona del mundo, simplemente detallar cuáles han sido tus logros.
En esta ocasión no sólo valen las palabras, sino también los gestos y las actitudes. Es por ello que una correcta imagen personal no sólo se muestra por la forma que vistes, sino también en el comportamiento que presentas delante de los demás.
La imagen personal cobra una importancia especial cuando el candidato va a una entrevista de empleo. La imagen personal es una buena herramienta de marketing que aporta mucha información sobre la personalidad del candidato.
Pero también hay que tener claro que nuestra identidad se forma no sólo por el aspecto físico: nuestros valores, nuestro carácter y nuestra forma de pensar completan nuestra personalidad. Por eso, de nada sirve un aspecto impecable sin personalidad. Y tampoco podemos olvidar nuestra imagen porque tenemos una mente brillante.
¿Cómo cuidar tu imagen profesional?
- Cuida la primera impresión: Los primeros cincos minutos son importantes porque las impresiones que se forman durante este tiempo persistirán y se reforzarán, en función de tu comportamiento posterior. La higiene, las posturas, la cortesía, la educación, el tono de voz y tu forma de comunicarte deben ser adecuados a la situación.
- Asegúrate de que la ropa te sienta bien: Debes sentirte a gusto con tu ropa, lo importante no es que sea de marca sino que sea de tu talla. Vístete de forma adecuada a la situación o al empleo y a tu personalidad (creativa o más clásica). En la entrevista de empleo el traje y la corbata si eres un hombre, y el traje más o menos clásico si eres una mujer, siguen ocupando las preferencias de los entrevistadores.
- Sé puntual: La puntualidad es tu primera carta de presentación pues proyecta tu comportamiento con tu trabajo y hace que te vean como una persona responsable. Llega siempre a la hora establecida. Y si vas a llegar tarde por algún contratiempo, avisa a tu supervisor por teléfono.
- Cuida tu lenguaje: Debes estar pendiente de tu lenguaje y ser respetuoso con todos en tu entorno laboral (jefes, compañeros, clientes, proveedores…). La comunicación es un valor importante en todas las organizaciones.
- Ten cuidado con la forma en la que dices las cosas: Levantar la voz es desagradable y de mala educación. Si deseas mejorar tu tono de voz, grábala mientras lees lo que piensas decir en tu entrevista de empleo o en tu presentación. Esto te permitirá conocerla y mejorarla.
- Cuida el lenguaje corporal: Tu postura, tus gestos, la forma como te sientas en una silla; todo esto forma parte de la imagen que proyectas en tu lugar de trabajo. En el ámbito laboral, un buen lenguaje corporal es esencial para darte a conocer y a entender. Tu lenguaje corporal muestra cómo eres. En el trabajo, estás expuesto a diversas situaciones: reuniones con jefes, entrevistas, clientes; debes adoptar un lenguaje corporal adecuado para cada situación, pero sin descuidar tu naturalidad.
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